PEQUEÑAS CRIATURAS DE LO INCESANTE - Laura Yasan

PEQUEÑAS CRIATURAS DE LO INCESANTE
Laura Yasan
Poesía
En una de las páginas de El monje y la psicoanalista, Marie Balmary deja caer una frase que, bien mirada, define lo que muchos entendemos por poesía: “Hay frases que son verdad, porque al final de la frase hay alguien”. Aunque se trate de una ficción que reelabora imaginariamente la realidad, toda poesía aspira a ser la verdad de alguien, y la verdad de sus lectores. Pero, ¿quién es ese alguien que está al final de estos poemas? Dado su carácter biográfico, podríamos decir que es Laura Yasán. Y estaríamos equivocados. Toda biografía es sospechosa, y más si elige la poesía, donde el pudor confesional se encuentra mitigado e, incluso, alterado por las exigencias del ritmo, de las imágenes, del tono, en fin, de todo aquello que hace que la poesía sea poesía y no una crónica detallada del acontecer personal. La Laura Yasán que nos espera al final de cada poema es una presencia que se encarna en cada lectura: una mujer sometida a las “pequeñas criaturas de lo incesante”, la “que roba lapiceras en las farmacias”, la Jane de un Tarzán a veces cruel e indiferente. La mujer que sabe con triste certeza que no puede esperar su nombre “escrito en letras de oro”.
De este libro tan verdadero podríamos decir parafraseando a Walt Whitman: “esto no es un libro; quien toca esto toca a una mujer”.
Eduardo Chirinos